martes, 20 de agosto de 2013

Capítulo 7

Lo primero que hicimos, fue ir a los coches de choque, pero como me daba miedo ir sola, debido a que la gente es muy bruta, y daba pena conduciendo los coches... Lucas se ofreció a ir conmigo. Luego decidimos ir a las camas elásticas, y si , la gente nos miraba raro por saltar y reír como dos niños pequeños, que eran los que, normalmente, iban a ese sitio, pero a nosotros nos daba igual. Cuando nos cansamos de saltar, yo tenia hambre, por lo que fuimos al puesto de patatas fritas, las compré y compartí con Lucas, ya que eran muchas para mí sola. Así que acabamos de comer las patatas, decidimos que era hora de bailar, y como tan solo era la una de la madrugada, aun había algunos viejecitos bailando. Nos pusimos al lado de una pareja de viejecitos, que estaban bailando lo que la orquesta tocaba en este caso un merengue, y aunque nos eramos expertos, como parecían esta pareja, nos defendíamos como podíamos. Luego el señor, hizo como un cambio de parejas, y a Lucas le tocó bailar con la señora, y a mi con el señor. Eran muy majos, prefería mil veces bailar con un señor mayor, que emborracharme, como hacen los de mi edad, y creo que Lucas pensaba igual que yo. Volvimos a cambiar y ahora baila con Lucas otra vez. Esta vez nos pegamos un poco más y nos dejábamos llevar por la música. Cuando acabó, paramos de bailar y aplaudimos a la cantante y a los músicos. La pareja ya se iba y nos dijeron adiós con la mano, lo que respondimos con lo mismo.
-Que majos, ¿no crees?-dije.
-Si- dijo aun riendo por lo que acababa de suceder.
-Y AHORA VAMOS CON EL SUA SUA- dijo el cantante. Lucas y yo nos miramos y nos sonreímos, ya que no había una fiesta donde no pusieran esa canción. Y si no la cantaban la pedíamos nosotros. Así que nos pusimos a bailar la canción, Al acabar la canción, volvimos aplaudir. Pasamos la mayor parte de la noche bailando, y cada vez queda menos gente mayor, y más joven. Ahora estábamos cerca del palco, con los que se suponen que sería nuestros compañeros de clase y tal, aunque nosotros estábamos más a nuestro rollo, los músicos empezaron a tocar la canción de "Los Suaves" "Dolores se llamaba Lola", canción que me sabía, dado que mi padre era un gran fan de Los Suaves y esta era una de sus canciones favoritas y se pasaba tardes escuchándola. Inconscientemente, me puse a cantarla, y Lucas me imitó. Al final acabaron el espectáculo con canciones típicas de Galicia, como "E pousa e pousa" y "Al compás de una miuñeira".
Luego nos volvimos a casa, ya que solo quedaban personas demasiado felices o demasiado tristes.
De camino a casa:
-Nos lo pasamos bien.¿no?- dijo Lucas mirando para mí.
-Si-dije cansada de tanto bailar, Lucas de dio cuenta, y no tardó en comentar mi estado de ánimo.
-¡AY!¡Que tenemos a la niña cansada!-dijo sonriente.
-¡HOMBRE!¡Son las cinco de la mañana, yo a estas horas suelo dormir...!-dije haciéndome la indignada.
-No te enfades.¿Mañana volvemos?
-Pues claro,pero si vamos ir a cualquier lado por la tarde ven a despertarme a las cuatro de la tarde que no pienso despertarme temprano.-Dije. Lucas se rió a mi comentario, y su risa me contagió y ya también  me empecé a reír. Cuando llegamos a casa, nos despedimos con un abrazo y entré en casa intentando no hacer mucho ruido, para no despertar a mis padres, cosa que logré. Llegué a mi cuarto, me puse el pijama y me metí en cama.
Al día siguiente, hicimos lo mismo, pero nuestra pareja de baile no estaba, no habrán podido venir, no pasa nada, bailamos igual.
Lo malo llegó al tercer día, nos encontramos con ellas, creo que debería de explicar quienes son ellas.
Todo empezó el día que murió el padre de Lucas, yo me pasaba todo el rato con él, porque no me gustaba verlo triste, Lucía y Carla, las dos personas que más quería junto a Lucas, empezaron a decir que yo no las quería, que solo quería pasar tiempo con Lucas, y en verdad si, pero era por lo de su padre, luego podría salir con ellas. Sabía perfectamente como se sentía Lucas, no había perdido un padre, pero sí a un tío al que estaba muy unida. Pero ellas parece que no. Entonces empezaron a pasar de mí, y contar algunos de mis secretos a la gente, cosa que me dolió, por que yo las tenía como mis mejores amigas. Un día, las llamé para quedar y arreglar las cosas, ya que estaba sola en casa y no tenia nada que hacer, y quería volver a ser su amiga, pero ellas me dijeron que no podían quedar, yo las creí, no se por qué pero las creí, entonces me quede en casa, y esa misma tarde llegó Lucas de ira a ayudar a su madre con la compra, y me preguntó que tal me había ido con ellas, yo le conté que no podían quedar, y él me dijo que las vio pasar por delante del super con sus respectivos novios. En ese instante se me había caído el mundo encima esta totalmente destrozada, me pasé días y días, tirada en cama, sin ganas de hacer nada, Lucas siempre me venía ver todos los días, y me hizo darme cuenta de que él era el único que me quería.
Lucía se acercó a mi y me dijo:
-Lo siento.
-¿No crees que has tardado un poco en decirlo?¿Como unos tres años?-Dije un tanto seca.
-No sabía lo que era perder una persona querida hasta que se murió mi bisabuela.
-Siento la perdida-dije compadecida por ella- pero, quiero que sepas que estuve como dos semanas en la cama sin ganas de hacer nada y que el único que estuvo a mi lado, fue él- dije señalando a Lucas.
-Me gustaría hacer las paces...
-A mi también, pero solo quedaremos como conocidas, ya que no volveré a confiar en personas que cuentan mis secretos a los demás.
Luego cogí a Lucas y nos fuimos antes de que acabase de cantar la orquesta ya que tarde o temprano lloraría.
Nos sentamos en el primer banco que encontramos, y Lucas me abrazó. Lo que hizo que miles de lágrimas brotaran de mis ojos, después de un rato me calmé. Pasó un señor un tanto feliz y no gritó:
-¡EEEEH! ¡PAREJITAAAA!Lo cual no hizo mucha gracia porque solo éramos amigos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario